Se hicieron lentas las caricias, hielo, aunque no fueron nunca demasiadas fingiendo seda, pulpa, miel, ventura y no le dije nada. Se hicieron cortas las miradas, luego, aunque no fueron desproporcionadas fingiendo estela, pulpa, tregua, angustia y no le dije nada. Corre, ve y dile al amor mío, al cielo mío, cuenta y sigue, convenciéndole hasta darle el vuelo mío, el beso mío que, si insistes,
volverá como el señuelo mío, fuego mío y, sin mentirle, juraré que soy para sus voces vete y dile, vete y dile, corre. Se hicieron sordas las sonrisas, siento, desoladoras y deshabitadas fingiendo trueno, ayuda, verja, bruma y no le dije nada. Se hicieron pocas las semanas, pienso, devastadoras y desalentadas fingiendo tiempo, duda, rueda, pluma y no le dije nada.