Entre las piernas , el cielo
de entre los labios, las cuerdas
por si lo dudas, la encuentras
donde la celo.
Y como del lobo, un pelo
me deja con un sonido,
ni un nombre, ni un apellido
solo un revuelo.
esa mujer con un cello
penetra en el corazón
y se destapa un tifón
sin paralelo.
esa mujer con un cello
revela tal erotismo
que me derramo en mí mismo
y en su pañuelo.
Que son mis dedos señuelo,
para su pálida falda
y cuando mueve la espalda
no más la huelo.
Como una antorcha en el hielo
es esta dama sentada
con la madera ajustada
picando el suelo.
Esa mujer con un cello...