[A. Romano - R. Iorio] En las mugrientas esquinas de Liniers pierdo los d?as Pues no me toca escapar. El gran apego a lo ilusorio se refleja en la vidrieras De un trucho centro comercial. La idolatr?a populosa se dibuja en largas filas Para adorar y no pensar. La piedra muerta del desv?o falsamente milagrosa Sigue ocultando la verdad. Insatisfechos, renegados que se niegan a si mismos, Faltos de calma y de piedad. Buscan el tri?ngulo en las ni?as para alimentar su morbo, Y masturbarse en soledad. Ellas tambien gozan mostrandose inocentes, Son arp?as, esclavas del televisor, Viven pensando en lo externo, son adictas a la vida Buscan billetes y pasi?n. S?lo transmito lo que observo, No es una invenci?n de mi mente, no.
Esto acontece cuando contemplo el presente En las calles de Liniers. Mas cuando el sol, mi fiel testigo, da de lleno en el asfalto Y derrite el alquitr?n Los fermentos nauseabundos de la basura estancada Entorpecen mi pensar. En la esquina un polic?a est? peleando con su hembra; Pues esta nunca le fue fiel Bajo el paso de las v?as los mendigos se revuelcan Muy pocos los quieren mirar Y la inverbe horda humana que desciende de los trenes, Desesperada y alocada Contamina mi cabeza y busco amarlos como sea Para no volver jam?s. S?lo transmito lo que observo, No es una invencion de mi mente, no. Esto acontece cuando contemplo el presente En las calles de Liniers. En las calles, en las calles, en las calles de Liniers.