Cómo fueron los hombres en el
novecientos noventa.
Descubrieron acaso el por qué
de luchar por su estrella.
Quien buscaba cantar esa vez
al milenio y al sueño,
como si regresar al ayer
nos dijera qué cosa es el tiempo.
Soy yo, después de unos siglos,
soy yo, dispuesto al idilio de amarte otra vez
y dejarte de lado y volverte a tener
para darte un milenio, un milenio después.
Cómo cuento las horas después
del abrazo de un viernes.
Me pregunto si el tiempo nos ve
y se la cura por siempre.
No me pidas el tiempo que no
se quedó en mi guitarra,
es que sólo un milenio pasó
sin voltearnos a ver a la cara.