Cantando al viento me alejo pero no dejo el camino que mi Dios me destinó. No porque un solo señor no quiera escuchar mis versos ni entender mi vocación. Y no he de encontrar ganancia pero sí la resonancia de mi guitarra al cantar y con ella he de llenar mis bolsillos y mis ansias o mis ganas de triunfar, porque largo es el camino pero empiezo a caminar. Si mi camino es de abrojos nunca he de cerrar los ojos ni olvidar que soy poeta de corazón. Y habrá alguien que conmigo
compartirá mis sentidos mi defectos y mi fe. Esa ha de ser mi mujer que sintiéndose orgullosa mi esposa tendrá que ser, compañera de mis horas y mis ganas de querer. Mi soledad será la cuna para que nazca mi luna, mis estrellas y mi sol. Mi escuela será la vida que por no ser tan sencilla le tendré que demostrar que no preciso de estar amarrado a cuatro libros que escribiera algún doctor. Y es que siento que es mejor vivir de lo que yo sé.