Siente el etéreo placer de la muerte,
Se induce a morir, homicida perturbado
Con una soga, atado a una viga,
Empieza la horrenda autoeliminación
La soga aprieta las venas del cuello
Le impide respirar, se desespera y llora
Convulsión cardiaca, pulmones y corazón reventados
Sus venas estallan, deshecha sus fluidos corporales
Es encontrado con la boca abierta,
Placer por el suicidio, ablución del alma
Liberados de los cuerpos enfermos
Cadáveres deformados por la impotencia
Agónicos en su lecho de muerte
Su oración no es escuchada
Un rictus de dolor en sus rostros,
Sus ojos reventados por la presión
Placido tormento, placida eternidad
Asfixiados e inertes, de sus bocas surge
La sangre purificatoria, turbia y viscosa
Implosión intestinal putrefactoria
Mórbida muerte, monstruosa desesperación
Es encontrado muerto
Sus cuellos lacerados con surcos rojos de sangre
Malolientes por el tiempo. Asfixiados