Cae una lluvia oscura
por las caras de mi corazón;
entre las nubes del tiempo
se oculta el último sol.
Déjalo, déjalo morir.
Como una sábana sucia,
en el suelo de mi alma quedó.
Esta batalla no es tan dura,
no sirvo para tu amor.
Déjalo, déjalo morir.
Espacios entre tú y yo,
océanos de aire;
no se puede vivir
con el corazón abierto.
Mirar la calle me hace mal,
imagino tu vuelta;
no se puede seguir
desangrando lo imposible.
Déjalo, déjalo, déjalo surgir.