América no estaba sola estaba el hombre Inca estaba el hombre Maya, el Azteca laborando la esperanza en el canto del mañana. Y Chile no estaba solo estaba el Huolliche estaba Lican-antay, el Mapuche laborando la esperanza en el canto del mañana. Aquí va tu tiempo el nuestro entrando cual vendaval y vienen las sangres muy juntas el grito se hace cantar mientras más largo el camino más lento se hace el andar. No esperemos la esperanza que no sabe caminar unamos todas las manos juntemos toda la sangre para llegar al final