Una mirada en un cristal, transformando el oro en metal, todos sueños que, que yo quiero realizar. El guardián del tiempo no deja pasar, como una estatua cruel y voraz, buscando el juego de la eternidad. Ritmos cálidos surgen en la ciudad, acariciando el juego de la perversidad, ritmos cálidos surgen sin parar. Ya no puedo detenerme, que no, que sí, y empiezo a moverme. Ya no puedo detenerme Ya no puedo, que no, que sí. Ya no puedo detenerme... Ya no puedo, que no, que sí. Una mirada en un cristal Veo gente que no oigo hablar, bocas extrañas en la oscuridad, una imagen sobrevuela en mi intimidad. Ritmos cálidos surgen en la ciudad... Ya no puedo detenerme