Cuando estoy lejos de casa es como morir un poco, entre sus viejas paredes, riquezas, despojos y niños llenos de vida que son la luz de mis ojos. En ella encuentro el sosiego y pierdo lo que no tengo, en ella escribo una historia de lucha y sustento, que aún abriendo sus ventanas no se ha de llevar el viento. Si no me viera llegar, mi ausencia sentiría, yo nunca la hice esperar más tiempo que el que debla, llegar de nuevo a mi casa es todo lo que deseo, y al escucharme estos versos que sepa cuánto la quiero. Mi casa tiene esta zamba esparcida en sus rincones, tiene un resuello a distancia que me corresponde, y un sol que al patio visita, baldosas, plantas y flores. Por más lejos que me encuentre conmigo llevo mi reino, yo voy conjugando verbos que saben de apego, y el sinsabor de partidas se alivian con el reencuentro. Si no me viera llegar, mi ausencia sentiría, yo nunca la hice esperar más tiempo que el que debía hoy quieren abrir sus puertas estas palabras sencillas, la casa es el fiel reflejo de lo que uno es en la vida.