Yo no le canto a la luna porque alumbra y nada más; le canto porque ella sabe de mi largo caminar. ¡Ay, lunita tucumana! ¡tamborcito calchaquí! Compañera de los gauchos en las sendas de Tafí Perdido en las cerrazones, quién sabe vidita, por dónde andaré... Mas cuando salga la luna, cantaré, cantaré... a mi Tucumán querido, cantaré (cantaré), cantaré. Con esperanza o con pena, en los campos de Acheral, yo he visto a la luna buena besando el cañaveral. Si algo nos parecemos, luna de la soledad... yo voy andando y cantando, que es mi modo de alumbrar.