Suena ya la música de oriente, mágica, luciferal Como el cuervo le habla a Odín, antes del amanecer Me habló su vanidad Fuimos dos, entre los pastizales Fuimos dos, en el cenit Una multitud de esclavos se rendirá Me prometió al oído y fue su vanidad Pasábamos la tormenta, recostados en la hierba Viejo páramo de gloria, la locura y la tristeza De los prisioneros del amor El amor, que nunca dice nada, e L amor que nos trajo hasta acá Una multitud de esclavos se rendirá Me prometió al oído y fue su vanidad Pasábamos la tormenta, recostados en la hierba Viejo páramo de gloria, la locura y la tristeza De los prisioneros del amor