El día que fue no quiso oirte llorar. La niña de ayer no te hizo olvidar senderos que cruzan caminos que nunca debiste olvidar. El dí se fue la noche no quiere entrar. El fuego apagó tus ganas de hablar mirada profunda, un libro en la mano aún por empezar. Sumergido en recuerdos de alcohol quien pudiera cambiar de color no recuerdo el sabor de tu voz. La sangre cayó como agua de nieve cae. No fue la razón sino el corazón a veces el tiempo no puede borrar lo que él mismo dejó. Un día más las flores en su lugar, la misma canción, la misma oración, el libro cerrado, la mesa abierta y el viejo sillón.