Amaneció sin nombre. No supo a dónde ir Y se adentró en el bosque se hizo lobo, al fin Odio, tu escribiste el nombre desde esta llanura a la cumbre Cargando peso en los hombros Acompañando a este hombre Echando más leña a la lumbre Ardiendo quedaron escombros El humo nos contó que sufres Deja que este cuerpo vibre Allí donde el agua cubre Y huele como el azufre Donde todos son pobres Donde los rostros se pudren Le dijo a mi incertidumbre: “recogerás lo que siembres” Desnudo en pleno diciembre Hasta que la luz deslumbre Y así se marchó tan lúgubre Mirándome con asombro En mis manos seguía este rubro:“aún celebro ser libre!” Os dejaré admirando mi obra Me iré con un abracadabra Tambaleándome ebrio Sin mediar una sola palabra Nunca volvió a casa, nunca volvió a sentir El miedo a estar vivo. A no tener un sitio