Un tropezón nos hizo caer en la misma piedra y al abrazarla así nos fue. Caímos rodando frenando el golpe con besos y entre deseo y dolor hicimos nuestro su cuerpo. Un pecado de amor, una caída sin fin ni una cicatriz, fue como un sueño en color Su pasión de frente y perfil, nos robó a los dos la razón Piezas de casino en su corazón y en su ruleta de azar ganó el amor y nuestra moneda de suerte fue un tropezón.