Tener que seguir, tener que alimentar, sin correr a chetearla, siguen dando vueltas y poniendo, y nunca sacan sortija. Con frío, pero abrazados, inoxidable oración, aunque sin escuela y sin muelas los dejaron hoy. Luchando sin atajos los invisibles, agitan rocanroles irresistibles. Piden que sis críos se salven, y no piden más. Sin interrumpir, sin cortar una cabeza, aunque por la calle huela a muerte de la más salvaje, (y más también).