He echao pa fuera todas las ratas que me comían por dentro y las agujas del reloj me enseñaron a coser todas las heridas y echarles cemento, que son los cimientos donde viviré y que dejen de hablar esas lenguas traicioneras esas bocas churreteras que dicen de todo y no saben de ná dejare de apedrear la ventana de los sueños la que siempre esta cerrada, que, con cada despertar con el roce de tu cuerpo, ya no quiero nada mas y si me vienen a buscar, a quien le importa mi vida, cuéntale que me he hecho un túnel que va desde mi casa a la Donamaria, que en mi caracola no se escucha el mar ni el romper de las olas, tan sólo el tic-tac del morir de las horas que siempre acaban por pillarme en pelotas, sigo siendo el bicho que siempre quiso salirse del camino, matando sus penas con el vino tinto, que se cree un cobarde si no esta contigo, ya no quedan más cojones que limpiar los lamparones que me han ensuciado el pecho, y ponernos los mandiles pa comernos las perdices como en el final de los cuentos, doblaremos cada esquina sonriendole a la ruina cuando salga a nuestro encuentro, y enseñaremos los dientes al mirar de ojos inertes cuando se acerque el momento, luego insultarle a la luna, decirle que es la más put@ por que las mata en silencio, guiñaré el ojo a la muerte cuando la tenga de frente, ¿no ves que no estoy muriendo?