Hoy quítame los clavos, que quiero ir descalzo y sin cordel, nos pondremos las alas, para que así puedas ver que ya no hay barrancos donde no podamos tenernos en pie, si viste de negro el cielo no nos cojera esta vez, para llevar a la espalda el dolor del ayer, que son las azadas que hacen de los años surcos en la piel, y resurgí de la ceniza que manchaba mi cornisa de esperar, las campanas que mudas están, y recogí tanta alegría que he llenado las repisas por pensar que algún día nos pueda faltar, y remar a contra viento en este puto lodazal, no volver a ser las ascuas que quisieron apagar, seremos el fuego que pinte de luces esta oscuridad, y fundiremos cerrojos para hacernos el ajuar de cazuelas que no entienden de miserias y si de pan, y esculpir jarrones, donde nuestras flores no mueran jamás, y resurgí de la ceniza que manchaba mi cornisa de esperar, las campanas que mudas están, y recogí tanta alegría que he llenado las repisas por pensar que algún día nos pueda faltar, ya volverán a amamantarnos los sueños de nuevo, y los cencerros poder silenciar, que nunca sepan donde nos escondemos; nunca mas, y no podrán echar por tierras todos los momentos que son cimientos pa volver a empezar, no dejare que encuentre mi pescuezo: no podrán, y remar a contra viento en este puto lodazal, que aun nos queda mas sarmiento para respirar resurgí de la ceniza que manchaba mi cornisa de esperar, las campanas que mudas están, y recogí tanta alegría que he llenado las repisas por pensar que algún día nos pueda faltar,