Quién pudiera saber amar, con las manos llenas, Quién pudiera saber amar, contra la tristeza, lejos de todos, Sobrevolar, alejar de su lado todo el mal. Quién pudiera saber amar, sin rendirse cuentas, Quién pudiera saber amar, sin notarlo apenas Dando la espalda a los demás, pero codo con codo caminar. Siempre comienza igual, cualquier pretexto puede bastar, Cualquier situación nos sirve para recomenzar. Luego sientes la piel correr desnuda al encuentro de él Como vuelve el perro a donde le echan de comer. Quién pudiera saber amar, con la mente abierta, Quién pudiera saber amar, cuando esté de vuelta. No, no me da miedo la libertad Más no quiero enfermarme de soledad.