Siento las penas brotando del miedo
Y de la angustia gris de mis hermanos de sangre
Acorralados por la casta gobernante
Que roba el último morlaco de su sueldo
Siempre apretados por la ley y por el hambre
No hay escape ni siquiera en sus sueños
Y en los pequeños ojos de nuestra simiente
Solo hay resentimiento sin compasión
La desesperanza afloja hasta los huesos
Y el lomo viejo ya no aguanta como antes
Y en la frenética búsqueda del sustento
Te revelás ante las órdenes que imparten
Los poderosos en sus cúpulas infames
Que nunca entienden lo que es la patria y qué es el pueblo
Y los millones de almas que buscan justicia
Saben en su interior que algún día la encontrarán
Y en los pequeños ojos de nuestra simiente
Solo hay resentimiento sin compasión
Y los millones de almas que buscan justicia
Saben en su interior que algún día la encontrarán