Carne de yugo ha nacido más humillado que bello con el cuello perseguido por el yugo para el cuello. Empieza a vivir y empieza a morir de punta a punta levantando la corteza de su madre con la yunta. Contar sus años no sabe y ya sabe que el sudor es una corona grave de sal para el labrador. Me duele este niño hambriento como una grandiosa espina y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina. Contar sus años no sabe y ya sabe que el sudor es una corona grave de sal para el labrador. Quién salvará a este chiquillo menor que un grano de avena, de dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena. Que salga del corazón de los hombres jornaleros que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros.