Con el último suspiro de las olas dieron las doce de un octubre azul, y tu sonrisa viajera por mis venas abrió las puertas del nacido amor, y allí volvieron enero y la alegría de aquella tarde en el país del sol.
Y habrá en alguna calle un beso deshojado una palabra al viento que grita nuestro amor, amor, amor, y en el espacio abierto de las manos tendré el amor hablándome de vos.