No he buscado a nadie, llevo días buscándome yo. No quiero pensar en Madrid ni en su reloj. Duermo por las tardes, por las noches reinvento su voz. En las sombras me veo al revés, en los libros me encuentro mejor. Eh, tú, estatua de sal, prepara tu salto mortal. Hoy no te puedo calmar, pequeño desastre animal. Pinto en los espejos personajes de ciencia ficción que escapan a su otra mitad sin pedirle permiso al creador. Y ensucio recuerdos cuando echo la vista hacia atrás,
he mezclado en el mismo cajón mis historias, tus fotos y un plan. Eh, tú, estatua de sal, prepara tu salto mortal. Hoy no te puedo esperar, pequeño desastre animal. Eh, tú, estatua de sal, prepara tu salto mortal. Hoy no te puedo esperar, pequeño desastre animal. Hey, tú, ¿tú de qué vas? Vas, dime si vas a saltar. Hoy no te puedo esperar. Ven, pequeño desastre animal.