Beber un elixir, rodar sin más, llegar hasta el final, ponerme un antifaz para olvidar. Vendí toda mi sed durante años para conquistar calles dormidas, islas de ciudad. Las voces de este hotel son ecos de, ecos de ayer, restos de mí que tiemblan por arder. Mientras desnudo el ruido de mi mente, saber que estas ahí me hace más fuerte.
Y en la distancia de este mundo incierto yo saludo a mi suerte. Propongo repartir las cartas que me han traído aquí. Ahora le toca a ella decidir. Mientras desnudo el ruido de mi mente, saber que estas ahí me hace más fuerte. Y en la distancia de este mundo incierto yo saludo a mi suerte.