A esa pelada yo le regalaré,
para la fiesta, un sombrero de saó,
p'a que se tape y me tape a mí también
cuando nos besemos bajo el ocoró.
Si en la tranquera me pilla su mamá,
con mi sombrero yo la saludaré
y al preguntarme yo le contestaré:
Señora, buenas tardes, cómo le va a usted.
Oí. Flojo, sinvergüenza, busca vida, que querés.
A su hijita doña esta, pues a quien más ha de ser.
Acaso con canciones la vas a mantener.
Con canciones no, señora, con este corazón.