Según el decreto cuyo número consignáramos con anterioridad, los habitantes de este rancherío deberán ser trasladados a la villa construida del otro lado de la ciudad, por razones de urbanidad, para preservar la higiene y evitar la promiscuidad
Mba e pa doña froilana
Vengo por su mano santa
A ver si nos da un remedio
Para curarnos el alma
Tenemos mucha tristeza
Nos sacaron el ranchito
El que había hecho el carmen
En la bajada hacia el río
Y él, angá, no se consuela
Ni aunque ve que nos pusieron
En una casa moderna
De mosaicos y cemento
Porque allí nuestras gallinas
No se hallan en el patio
Y yo no tengo tierra para mí
Chaqué así extraño ité
Y no sé cómo vivir
Con la huerta me amañaba para que coman los míos
Pero aquí no hay ni así de tierra para el cultivo
Tendrán más comodidad, dijo el que vino a sacarnos
El carmen le había hecho tres lindas piezas al rancho y aquí nos dan una sola pero, claro, no es de barro
Mejor me callo cheama, mejor me callo
Al carmen no le enseñaron
Pero supo hacer el rancho
No hubo vientos ni crecidas
Que le puedan hacer daño
Pero aquí mucho cemento
Mucho zinc, mucho mosaico
Naye y no se fijaron
Que además pega el solazo
Por eso venimos tristes
Por eso doña froilana
Le estoy pidiendo un payé
Para curarnos el alma
Acaso cambian la vida
Porque nos cambian el rancho
Mejor sería doña, créame
Que nos den un buen trabajo
A los dos de una vez