Que no conozco cuerpo humano desde el año del Tratado de Versalles ..., que a ver si sales de algun lado para que te conozca, te invite a vodka y me des calabazas sólo en noviembre. Que es la carne mi demonio y (el demonio) mi tendero. Y lengua quiero y no me llega el sueldo para decir que te deseo en tan blando mundo, entablando mudo conocimiento.
(Bíblicamente hablando conocerse es amarse
Amarse es darse cera y en la acera me encontraste;
Y este es el año de la pera, de la paja en ojo ajeno,
De la búsqueda de setas los crepúsculos de invierno)
No, no, no, no me digas no, que estoy que hoy me follo encima ¿Serán las ostras o quizás las verdes colinas? Que me toques, que me toques pero no me mires; que me des cariño, vicio y saliva, que en todas partes cuecen babas y hasta las miman.
Y el nervio del placer no es hombre ni es mujer.
Que me follo encima.
¿Por qué tú y yo y otros cinco mil millones más tenemos pezones? Sintonizando Radio Andorra con dientes, dedos y cigarrillos y otros horrores (¡que ahí no me toques,
Te tengo dicho!). Tanta dicha de gente pobre no se corta ni con cuchillo ni con cuchilla.
(Propiamente hablando para esto no hay momento,
Que invite a las gentes a vender sus sentimientos
Por un rato de aspaviento con cualquier triste figura
Que acuda rauda y presta a sus requerimientos)
No, no, no ¿qué me estás diciendo? Hay geografías que están más frías y otras que, sin saber por qué, estan ardiendo. Y no me asuste y no se asuste y quíteme eso de entre las piernas y súbamelo ya a la cabeza que no hay tiempo.
Y el nervio del placer no es hombre ni es mujer.
Que me follo encima.