En la ciudad que posee la isla en el centro hay un tren descarrilado (museo nacional) que los amantes fecundan con sabia del cuerpo viva ese hierro vencido por la claridad viva ese lecho de amor. Gentes que merecen el amor pagarán, pagarán por todo porque el que merece suele ser el que suele tener deber
bienaventurado ha de ser el que siembra para los otros el que en la semilla dejara un girón de su propio ser. El tren blindado florece su estampa de hierro desde que aquella guerrilla le molió la cien descarrilado por un manotazo del pueblo para que un hombre se viera con una mujer viva ese lecho de amor.