Hoy viene a mí la damisela soledad con pamela, impertinentes y botón de amapola en el oleaje de sus vuelos. Hoy la voluble señorita es amistad y acaricia finalmente el corazón con su más delgado pétalo de hielo. Por eso hoy gentilmente te convido a pasear por el patio, hasta el florido pabellón de aquel árbol que plantaron los abuelos. Hoy el ensueño es como el musgo en el brocal dibujando los abismos de un amor melancólico, sutil, pálido cielo.
Viene a mí, avanza, viene tan despacio, viene en una danza leve en el espacio. Cedo, me hago lacio y ya vuelo, ave. Se mece la nave, lenta como el tul, en la brisa suave niña del azul. Oh melancolía, novia silenciosa, íntima pareja del ayer. Oh melancolía, amante dichosa, siempre me arrebata tu placer. Oh melancolía, señora del tiempo, beso que retorna como el mar. Oh melancolía, rosa del aliento, dime quién me puede amar.