Cuando Pedro salió a su ventana No sabía, mi amor, no sabía Que la luz de esa clara mañana Era luz de su último día. Y las causas lo fueron cercando Cotidianas, invisibles. Y el azar se le iba enredando Poderoso, invencible. Cuando Juan regresaba a su lecho No sabía, oh alma querida Que en la noche lluviosa y sin techo Lo esperaba el amor de su vida.
Y las causas lo fueron cercando Cotidianas, invisibles. Y el azar se le iba enredando Poderoso, invencible. Cuando acabe este verso que canto Yo no sé, yo no sé, madre mía Si me espera la paz o el espanto; Si el ahora o si el todavía. Pues las causas me andan cercando Cotidianas, invisibles. Y el azar se me viene enredando Poderoso, invencible.