El hombre bebe una copa ancha, aunque no cabe el peso de su extraa gracia, y brinda por la muerte de su abril. Despus se subi a un sitio inexpugnable y canta un canto que suena agradable, aunque por dentro vuelve a maldecir. El hombre niega de su rica tierra, es su propio enemigo en esta nueva guerra: el hombre vio su rostro sucumbir. Que se abra bien la casa de la historia, que se revise el trono de la gloria,
porque un hombre sin rostro va a morir. Oh qu sensacin, no tener rostro y contemplar el mundo con ojos tan profundos como con ojos de guardin del sol! Oh qu sensacin, no tener rostro al enfrentar la muerte, correr la doble suerte de rastreadores y de perseguidos, teniendo tanto de estrella escondido! Cuanto milln de rostros no tendr el que nos regal la claridad.