Llévame donde está lo mejor de mí, donde fui sólo un niño jugando en paz, donde hallé la bondad del arroyo azul, y el color del verano en el girasol. Llévame a la escuela donde aprendí, llévame al amigo que no olvidé, llévame donde amé por primera vez y creí y soñé que era un hombre al fin... ¡Llévame! ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? ¡No me olvides!,
¡No me dejes!, ¡llévame! ¡No me olvides!, ¡No me dejes!, ¡llévame! Llévame donde está lo mejor de mi, donde aun hay un niño corriendo al sol; y el azul del arroyo se vuelve luz y la luz ilumina mi corazón... ¡Llévame! ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? ¡No me olvides!, ¡No me dejes!, ¡llévame! ¡No me olvides!, ¡No me dejes!, ¡llévame!