Vivo condenado al equilibrio inestable Y la conciencia implacable Una de dos, inocente o culpable Soy prisionero de mis propios alardes De la herida incurable Que es la ocasion que aun esta por llegarme Nunca fui tan fiero que los perros me ladren Y aunque escribo de amarre Tengo algo mas, algo muy importante
Es mi tesoro, es la prueba palpable Cuando llamo y me abres Cuando te vas y yo puedo quedarme Soy mas sincero que un reguero de sangre Que el sabor a vinagre Por lo demás, ni pequeño ni grande Y lo que espero desde aquí en adelante Es que el cuerpo me aguante Que no haya mas que la cera que arde