Me asomé a la ventana y vi venir al cartero. Me entretuve pensando en una carta de amor. Más no, no, no…: Eran la cuenta del refri y del televisor. Me asomé a la ventana y vi venir al Homero. Me entretuve pensando en que venía a saludar. Más no, no, no…: Eran seis meses de renta que tenía que pagar. Me asome a mis adentros: sólo vi viejos cuentos y una manera insólita de sobrevivir. Mire hacia todos lados dije: “Dios, ¿qué ha pasado?” “Nada muchacho, sólo eres un asalariado.” Por la puerta entraron mi mujer y mis hijos. Preparo la alegría que nos va a acariciar. Más no, no, no…: La despensa y la escuela se tienen que pagar. Pagar, pagar, pagar sin descansar.
Pagar tus pasos, hasta tus sueños… Pagar tu tiempo y tu respirar. Pagar la vida con alto costo y una moneda sin libertad. Suben las cosas, menos mi sueldo; ¿qué es lo que se espera de este lugar? No, no, no. Me fui para la iglesia a buscar un milagro rezándole a un retrato quise ver la cuestión. Más no, no, no…: lo que vi fue al diablo de la devaluación Me asome a mis adentros: sólo vi viejos cuentos y una manera insólita de sobrevivir. Mire hacia todos lados dije: “Dios, ¿qué ha pasado?” “Nada muchacho, sólo eres un asalariado.” Me asomé a la ventana y vi venir a tu hermana… Me asome a la ventana y vi venir a tu hermana