Me asomé a la ventana
y vi venir al cartero.
Me entretuve pensando
en una carta de amor.
Más no, no, no…:
Eran la cuenta del refri
y del televisor.
Me asomé a la ventana
y vi venir al Homero.
Me entretuve pensando
en que venía a saludar.
Más no, no, no…:
Eran seis meses de renta
que tenía que pagar.
Me asome a mis adentros:
sólo vi viejos cuentos
y una manera insólita
de sobrevivir.
Mire hacia todos lados
dije: “Dios, ¿qué ha pasado?”
“Nada muchacho,
sólo eres un asalariado.”
Por la puerta entraron
mi mujer y mis hijos.
Preparo la alegría
que nos va a acariciar.
Más no, no, no…:
La despensa y la escuela
se tienen que pagar.
Pagar, pagar,
pagar sin descansar.
Pagar tus pasos,
hasta tus sueños…
Pagar tu tiempo
y tu respirar.
Pagar la vida con alto costo
y una moneda sin libertad.
Suben las cosas,
menos mi sueldo;
¿qué es lo que se espera
de este lugar?
No, no, no.
Me fui para la iglesia
a buscar un milagro
rezándole a un retrato
quise ver la cuestión.
Más no, no, no…:
lo que vi
fue al diablo de la devaluación
Me asome a mis adentros:
sólo vi viejos cuentos
y una manera insólita
de sobrevivir.
Mire hacia todos lados
dije: “Dios, ¿qué ha pasado?”
“Nada muchacho,
sólo eres un asalariado.”
Me asomé a la ventana
y vi venir a tu hermana…
Me asome a la ventana
y vi venir a tu hermana