Yunta oscura trotando en la noche. Latigazo de alarde burlón. Compadreando, de gris, sobre el coche, por las piedras de Constitución. En la zurda amarrada la rienda, se amansó el colorao redomón y, como el, se amansaron cien prendas bajo el freno de su pretensión. ¡Vamos!... (Cargao con sombra y recuerdos). ¡Vamos!... (Atravesando el pasado). ¡Vamos!... (Al son de tu tranco lerdo). ¡Vamos!... (Camino al tiempo olvidado).
¡Vamos!... (Por viejas rutinas). Tal vez, de una esquina, nos llame René... ¡Vamos!... (Que en mis aventuras vivió una locura de amor y suissé). Tungo flaco tranqueando en la tarde. Sin aliento el chirlazo cansao. Fracasao en el último alarde bajo el sol de la calle Callao. Despintao el alón del sombrero, ya ni silba la vieja canción, pues no quedan ni amor ni viajeros para el coche de su corazón.