Linda estaba la tarde que la vide el patio de su rancho acomodando. Y aunque guapo pa' todo me sentia no pude hablar, y me quede temblando. Estaba como nunca la habia visto; vestido livianito, de saraza, con el pelo volcado entre los hombros, era una virgen que encontre en la casa. Ni ella ni yo, ninguno dijo nada con sus ojazos me siguio quemando, dejo la escoba que tenia en la mano, me quiso hablar... y se quedo temblando. Era el recuerdo del amor primero, amor nacido en nuestra edad temprana como esas flores rusticas del campo que nacen de la noche a la mañana.
Amor que esta oculto en los adobes de su rancho paterno, tan secillo y en la corteza del ombu del patio escrito con la punta del cuchillo. Me di vuelta, pisando despacito, como quien desconfia de una trampa envolviendo recuerdos y emociones entre las listas de mi poncho pampa. No se que me paso, monté a caballo y sali galopando a rienda suelta con todos los recuerdos y emociones que en las listas del poncho saque envueltas. Linda estaba la tarde que la vide el patio de su rancho acomodando, la tarde que aunque guapo me sentia no pude hablarla y me quede temblando.