En el naipe del vivir, suelo acertar la carta de la boca y a mi lado oigo decir, que es porque estoy con una suerte loca. Al saber le llaman suerte, yo aprendí viendo trampearme y ahora solo han de coparme, cuando banquen con la muerte. En el naipe del vivir para ganar, primero perdi. Yo también entre a jugar confiado en la ceguera del azar y luego vi que todo era mentir y el capital en manos del mafir. No me crees, te pierde el corazón,
que fe tenes, sabes que no acertas, que si apuntas a cartas de ilusion, son de dolor las cartas que se dan. No me envidies si me ves acertador, pues soy el desengaño y si ciego así perdes, es que tenes los lindos 20 años. El tapete es la esperanza y a pesar de lo aprendido, si me dan lo que he perdido, vuelve a hundirme la confianza. Suerte los que conservas una ilusión en tanto penar.