No la he vuelto a ver desde el miércoles aquel, que cruzó la calle frente a mí. La neblina urbana confundida en el vapor, de su boca que temblaba. La dejé correr pero le debí decir cuánta falta me hace ahora. Adonde vas así, me miraba de perfil y no pronunció palabra. Adonde vas mujer, la he debido perseguir
hasta el río y abrazarla. No se la ve muy bien, se ha cortado el corazón y se dejó crecer la angustia. Déjame ir a ver, quién te dice que esta vez la estrategia nos resulta. Adónde vas que el camino a mi cuerpo está para acá para acá, para acá... Que ya es tarde, de noche y puede llover.