Por el Guaymallén
el duende del agua va
llevando una flor
de greda y dulzor
que despertará en el riego
la voz vegetal
del huarpe que está
dormido en su paz mineral.
Se va tu caudal
por el valle labrador
y al amanecer
se oye, padecer
la pena del surco ajeno
verano y rigor
va de sol a sol
la sombra del vendimiador.
Dorada zamba del riego,
el agua te cantará
cuando ande en la voz
del vino cantor
la vendimia de mi pueblo
y suba un rumor
de acequia y canción
por el rumbo agrario del sol.
Solar regador
tonada del totoral
la luna rural
te ha visto regar
el sueño de mis abuelos
y luego entonar
con el regador
el vino sufrido del peón.
Can*l fundador
algún día bajarás
trayendo en tu voz
de menta y cedrón,
tonadas de vino nuevo
y entonces te irás
conmigo a cantar
cogollos de amor y de paz.