Por el Guaymallén el duende del agua va llevando una flor de greda y dulzor que despertará en el riego la voz vegetal del huarpe que está dormido en su paz mineral. Se va tu caudal por el valle labrador y al amanecer se oye, padecer la pena del surco ajeno verano y rigor va de sol a sol la sombra del vendimiador. Dorada zamba del riego, el agua te cantará cuando ande en la voz del vino cantor
la vendimia de mi pueblo y suba un rumor de acequia y canción por el rumbo agrario del sol. Solar regador tonada del totoral la luna rural te ha visto regar el sueño de mis abuelos y luego entonar con el regador el vino sufrido del peón. Can*l fundador algún día bajarás trayendo en tu voz de menta y cedrón, tonadas de vino nuevo y entonces te irás conmigo a cantar cogollos de amor y de paz.