Ya no me quedan fuerzas para empresas vanas.
La desilusión que emana de la gana consumida,
la equidad de los días, la sequedad de esta rutina,
la ausencia de experiencias sin la opción de recibirlas...
Privado de toda alegría,
mi corazón bombea y sangra,
y si las cosas cambian,
tardan las mías
Ahora injurio envenenado,
títere del desengaño,
contra quienes predicaron la sanación de los años
Solo encuentro tristezas en refugios de certezas,
no me alivian las mentiras con las que otros se alimentan.
Prescindo de creencias, renuncio a esa anestesia;
si voy a estar muerto hazme sufrir y no me mientas
Se me agota la última gota de paciencia,
sumido en una interna eterna desavenencia.
A veces emergen fatuos egos en carencias,
porque ni el mártir se sustenta sin caricias...
Quiero dolores nuevos,que duelen menos
que aquellos que yacen enquistados en mi seno
Mi ánima clama novedades que suplanten
esta sempiterna cotidianidad hiriente
Jodido para siempre y desde siempre,
enemigo del amor no recibido.
Envidio a lo inorgánico y su muerte...
pues su estado ausente no siente martirio
Nostalgia, esa tristeza inaprensible,
exceso doliente de un pasado insasiado,
que a las puertas semiabiertas de una memoria apegada
se apersona imperativo y con reclamos
Hay cosas que si no me llevan a la gloria,
me llevaré a la tumba,cuando fallezca,
ahórrense las flores y la tristeza,
ahórrense la asistencia, las lágrimas y el luto
Que este difunto no merece la atención
que su cuerpo no obtuvo cuando estuvo vivo
Váyanse ya, y sin pagar la cuenta,
mi inexistencia no se apena por un nicho.
Ansiedad, hipocondría, y malestares:
sepultureros de toda paz y sosiego.
Ya no sé si es paranoia o realidad...
Me la ha vuelto a jugar el miedo al miedo
Los recuerdos me persiguen como sombras,
soy una amalgama de ilusiones rotas
Hay circunstancias que no perdonan,
hay heridas que con los años empeoran
Ojalá pudiese creer en tus dioses,
culpar al Demonio de mi infortunio.
Acobijarme en la cálida idea de un cielo
por el que valga la pena haber sufrido
Hay anhelos aspirando ser momentos,
hay perdidas que esperan a que las resarza el tiempo.
No hay magnitud que mida este dolor intenso,
ni palabras ni versos que definan esto.
Confiaba en que las cosas mejorasen, pero no,
ya he intentado todo amago de encontrar la solución,
que quisiera suicidarme tal vez sería lo mejor,
lo malo es querer vivir y estar en esta situación
Quiero dolores nuevos, que duelan menos,
que aquellos que yacen enquistados en mi seno...
Mi ánima clama novedades que suplanten
esta sempiterna cotidianidad hiriente
Jodido para siempre y desde siempre,
enemigo del amor no recibido.
Envidio a lo inorgánico y su muerte,
pues su estado ausente no siente martirio.
Libre en sueños, sin ellos presidiario,
soñador lúcido, vividor desquiciado.
Me recreo en fantasías y me evado;
embustero, artista del autoengaño.
Bendigo mi libertad onírica,
como el tetraplégico cuando vuela y camina,
sólo en ella me siento con valentía,
sedado en la normalidad mental de una utopía.
Quiero dolores nuevos, que duelan menos,
que aquellos que yacen enquistados en mi seno...
Mi ánima clama novedades que suplanten
esta sempiterna cotidianidad hiriente
Jodido para siempre y desde siempre,
enemigo del amor no recibido.
Envidio a lo inorgánico y su muerte,
pues su estado ausente no siente martirio.