Gente armada hasta los dientes de odio
Camina las calles del barrio.
Calma sin dicha,
Como la calma de aquel que está muerto.
El espejo devuelve la imagen frustrante
De un hombre adulto llorando,
No me inquieta ni la desesperación.
Yo te amo pero y con eso qué,
Sólo suma las heridas del amor.
Se termina y otra vez vuelta a empezar,
Creo que amamos el dolor.