Trato de componer mi historia y aunque hay partes que podrías ver la verdad fue escrita en las sombras: sucede así una y otra vez. Me llamaste muy de madrugada; yo escuché a alguien toser detrás. Mientras definías el desprecio me dije que podría hablar pero hay cosas que no hay que contar. Donde hay cenizas hubo un fuego y yo mataría por volver a arder. Hoy mi voz es un tartamudeo que ni yo consigo entender. Dices que hay ciertas conversaciones que prefieres no tener jamás. Bien, por mí perfecto. Han sido años
de hacerme el loco y de callar ciertas cosas que no hay que contar. Yo agotaba tu precioso tiempo, tú querías largarte de allí. Condujimos horas en silencio todo el camino hasta Madrid. Es muy triste no saber gran cosa de la propia vida hasta que ya es muy tarde y no vale la pena todo esfuerzo por callar estas cosas que no hay que contar. Hay mil maneras de contar la misma historia y sólo un puñado de ellas se aproximará algo a la verdad, porque a mí me han enseñado que hay cosas que no hay que contar.