Trato de componer mi historia
y aunque hay partes que podrías ver
la verdad fue escrita en las sombras:
sucede así una y otra vez.
Me llamaste muy de madrugada;
yo escuché a alguien toser detrás.
Mientras definías el desprecio
me dije que podría hablar
pero hay cosas que no hay que contar.
Donde hay cenizas hubo un fuego
y yo mataría por volver a arder.
Hoy mi voz es un tartamudeo
que ni yo consigo entender.
Dices que hay ciertas conversaciones
que prefieres no tener jamás.
Bien, por mí perfecto. Han sido años
de hacerme el loco y de callar
ciertas cosas que no hay que contar.
Yo agotaba tu precioso tiempo,
tú querías largarte de allí.
Condujimos horas en silencio
todo el camino hasta Madrid.
Es muy triste no saber gran cosa
de la propia vida hasta que ya
es muy tarde y no vale la pena
todo esfuerzo por callar
estas cosas que no hay que contar.
Hay mil maneras de contar la misma historia
y sólo un puñado de ellas se aproximará algo a la verdad,
porque a mí me han enseñado que hay cosas que no hay que contar.