No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero el jardín botánico es un parque dormido en el que uno puede sentirse árbol o prójimo siempre y cuando se cumpla un requisito previo que la ciudad exista tranquilamente lejos el secreto está en apoyarse digamos en un tronco y oír a través del aire que admite ruidos muertos como en Millán y Reyes galopan los tranvías no sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero el jardín botánico siempre ha tenido una agradable propensión a los sueños a que los insectos suban por las piernas y la melancolía baje por los brazos hasta que uno cierra los puños y la atrapa después de todo el secreto está en mirar hacia arriba y ver cómo las nubes se disputan las copas y ver como los nidos se disputan los pájaros no sé si alguna vez les ha pasado a ustedes ah pero las parejas que huyen al botánico ya desciendan de un taxi o bajen de una nube hablan por lo común de temas importantes y se miran frenéticamente a los ojos como si el amor fuera un brevísimo túnel y ellos se contemplaran por dentro de ese amor aquellos dos por ejemplo a la izquierda del roble hablan y por lo visto las palabras se quedan conmovidas a mirarlos ya que a mí no me llegan ni siquiera los ecos no sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero puede ocurrir que de pronto uno advierta que en realidad se trata de algo desolado uno de esos amores de tántalo y azahar que dios no admite porque tiene celos fíjense que él acusa con ternura y ella se apoya contra la corteza fíjense que él va tildando recuerdos y ella se consterna misteriosamente para mí que ella está diciendo lo que se dice a veces en el jardín botánico - - - - - - - - - - - - - - - - - - Vos lo dijiste, nuestro amor
fue desde siempre un niño muerto. Solo de a ratos parecía que iba a vivir, que iba a vencernos. Pero los dos fuimos tan fuertes que lo dejamos sin su sangre, sin su futuro, sin su cielo. Un niño muerto, solo eso. Maravilloso y condenado. Tal vez tuviera una sonrisa como la tuya, dulce y honda. Tal vez tuviera un alma triste como mi alma, poca cosa. Tal vez aprendiera con el tiempo a desplegarse, a usar el mundo. Pero los niños que así vienen, muertos de amor, muertos de miedo, tienen tan grande el corazón que se destruyen sin saberlo Vos lo dijiste, nuestro amor fue desde siempre un niño muerto. Y qué verdad dura y sin sombra. Qué verdad fácil y que pena. Yo imaginaba que era un niño y era tan solo un niño muerto. Ahora qué queda. Solo queda venir la fe. Que recordemos lo que pudimos haber sido para él, que no pudo ser nuestro. Qué más. Acaso cuando llegue un 23 de abril y abismo vos donde estés llevale flores que yo también iré contigo. - - - - - - - - - - - - - - - - - - no sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero el jardín botánico es un parque dormido que sólo se despierta con la lluvia ahora la última nube ha resuelto quedarse y nos está mojando como a alegres mendigos el secreto está en correr con precauciones a fin de no matar ningún escarabajo y no pisar los hongos que aprovechan para nacer desesperadamente sin prevenciones me doy vuelta y siguen aquellos dos a la izquierda del roble eternos y escondidos en la lluvia diciéndose quién sabe qué silencios no sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero cuando la lluvia cae sobre el botánico aquí se quedan sólo los fantasmas ustedes pueden irse yo me quedo