Abierta una herida un duelo sin fin,
Ya no queda nada en mi vida por lo que vivir,
Mi sacrificio no puedo eludir,
No renegaré en el pasado ni de lo que fuÃ.
Nada queda ya, pues no siento ni el dolor,
Todo ha de acabar, emancillado mi honor.
Vivir con verguenza no es una opción,
Yo mismo seré el verdugo de mi ejecución,
Tengo una deuda no quiero seguir,
Esclavo soy de mis actos ahora debo morir.
Rodillas al suelo, con la parca por detrás,
Una hoja de acero, mis entrañas recorrerá.
Un rÃo de sangre a mi alrededor, condenación,
En mi epitafio una sola oración, muerte antes que deshonor.