Hay un switch en mi cerebro, que se activa, que se apaga cada vez que se acaban las reservas que tengo de ti. Mi sistema responde inmediato, casi automático, intercambiamos señales, nuestras auras se juntan. Y me encanta esperarte, y me gusta que vengas a mí. A altas horas de la noche, sin reproche, para darme otra dosis de amor. Y enfrentamos el hechizo, sin compromiso, con otra dosis de amor, directo al corazón. Es como una especie de pacto de honor, nuestro juego escondido de seducción. Romperemos segundas opciones, somos fieles a nuestros encuentros,
a puertas cerradas, de forma exclusiva, para nuestra pasión. Una caricia para el corazón. Me encanta esperarte, y me gusta que vengas a mí. A altas horas de la noche, sin reproche, para darme otra dosis de amor. Y enfrentamos el hechizo, sin compromiso, con otra dosis de amor. Pero enciendes el fuego de nuestro juego, con otra dosis de amor. Utilizas el s**o como pretexto, con otra dosis de amor. Una caricia para el corazón. Dosis de amor. Hay un switch en mi cerebro, que se activa, que se apaga. Hay un switch en mi cerebro, que se activa, que se apaga