Por las tardes de sol y alameda San Juan se me vuelve tonada en la voz y las divinas acequias reparten el grillo de mi corazón. Yo que vuelvo de tantas ausencias y en cada distancia me espera un adiós soy guitarra que sueña la luna labriega de Ullín y Abadón Volveré, volveré a tus tardes San Juan Cuando junte el otoño melescas de soles allá en el parral
Volveré siempre a San Juan a cantar Un poniente de largos sauzales regresa en mi zamba para recordad esas cviejas leyendas de piedra y silencio que guarda el Tontal Altas cumbres de piedra y camino maduran el vino de mi soledad cuando el sol sanjuanino como un viejo amigo me viene a encontrar.