Contigo me despeño sin saber adonde vamos
y que mis poemas se los coman los marranos
que mastiquen las piedras que duermen en mi paladar
si nos salen raíces tendremos que arrancarnos
si no es suficiente nos pondremos a despulgarnos
que sean pa los cochinos nuestras liendres miguitas de pan
se comerán los cerdos los sueños que no tuve
que tuvieron ganas de follarse hasta las nubes
que saben que mi ventolera fue sólo ladrar
saben que la razón ni me falta ni me asiste
y tengo corazón pa que no te pongas triste
y juntitos no teniendo nada, sobre la mitad
a bellota me saben los labios, a mierda la boca y a barro
las manos
cuando no nos vemos, y al ladito estamos
a bellota, de hocico en hocico, de tanto dolernos, de meter el pico
de no despiojarnos.
lo que les sabe a humo, a mí me sabe a tierra
y, aunque mis gruñidos los vendí por cuatro perras
me queda un poco de tinta para emborronar
y apagar las colillas en todos los recuerdos
que fueron semilla pero ahora son crisantemos
que esperan que, envuelto en madera, los vaya a besar.