Despójate de pájaros lastimeros
que están poblando el navío que fabriqué
con lápices altaneros repletos de heridas,
en él no hay barandal para colgar los pañuelos
y no entran ni credos ni noches cerrás,
ebria estarás de luceros, yendo a la deriva,
resguárdate en mi ladera mullida
que no hay cornisa que aguante este atardecer
que no podrán arrastrar las alcantarillas,
ayúdame a encerrar a las rapaces que buscan
cagar mi sombrero para blanquear
sus cenagosas orillas,
haremos conejeras y que entren las ojeras
de ángeles dolientes que están
tal que brevas maduras
maldiciendo la altura de la libertad,
que en los umbrales mueren,
los astros no los quieren,
tampoco aquí descansan en paz,
estas campas resecas, incendiadas y huecas
los envenenarán,
acércate a mis desnudos solares
que son los altares en los que acribillaré
por siempre a estos putos cielos.