Me importa una mierda los labios que quieras bordar, pero con la que cae... ¿Dónde vas desde que te han cerrao los tejados? me limo las uñas, no tengo ganas de trepar, la verdad es que ni ganas de ná, tengo ya los nudillos cansados de quitar cascotes cuando me empiezo a derrumbar, de apilarlos para sombrear y anudarme desnudo en tus brazos, que teja en las tejas la lluvia, que a mí me da igual, más difícil para resbalar, más sencillo quedarme enredado. Después de pasar la noche en tu agujero, salgo del portal, y tó me importa un huevo, empiezo a escuchar un avispero y me vuelvo contigo y lo veo a colores, mi lápiz entiende de sucios amores y unas sábanas chorreando le da por pintar, y de puertas pafuera se hará todo añicos, pa cuando te enteras yo soy tu abanico, que me hice con varas del aire pa no molestar, no busques razones de piedra, no vas a encontrar más que hiedra intentando abarcar campos yermos que tengo por dentro,
y barro y manchitas muy secas que dan que pensar, adoquines que están por pisar, pisotones haciendo senderos, que ya tengo bastante con lo que poder fumigar calendarios que tiran patrás, tengo los dedos amarillentos de buscar candela en la estela que haces al pasar, de estañarme a tu enjambre y libar con el humo de mis pensamientos, Después de pasar la noche en tu agujero, salgo del portal, y tó me importa un huevo, empiezo a escuchar un avispero y me vuelvo contigo y lo veo a colores, mi lápiz entiende de sucios amores y unas sábanas chorreando le da por pintar, y de puertas pafuera se hará todo añicos, pa cuando te enteras ya soy tu abanico, que me hice con varas del aire pa no molestar, corté la garganta del gallo que quiso cantar alboradas para celebrar que la noche se estaba muriendo, que si no amanezco, me crezco, y me puedo tragar cucharadas de la oscuridad de tus ojos, y así me alimento.