Cuando en la noche te envuelven
Las alas de tul del sueño
Y tus tendidas pestañas
Semejan arcos de ébano
Por escuchar los latidos
De tu corazón inquieto
Y reclinar tu dormida
Cabeza sobre mi pecho
¡diera, alma mía
Cuanto poseo
La luz, el aire
Y el pensamiento!
Cuando se clavan tus ojos
En un invisible objeto
Y tus labios iluminan
De una sonrisa el reflejo
Por leer sobre tu frente
El callado pensamiento
Que pasa como la nube
Del mar sobre el ancho espejo
¡diera, alma mía
Cuanto deseo
La fama, el oro
La gloria y el genio!
Cuando enmudece tu lengua
Y se apresura tu aliento
Y tus mejillas se encienden
Y entornas tus ojos negros
Por ver entre sus pestañas
Brillar con húmedo fuego
La ardiente chispa que brota
Del volcán de los deseos
Diera, alma mía
Por cuanto espero
La fe, el espíritu
La tierra y el cielo
Diera, alma mía
Por cuanto espero
La fe, el espíritu
La gloria y el cielo
(Bécquer)